El enfoque por tareas
Enfoque por tareas (definido por Breen, 1987)
Se constituye por medio de cuatro ejes:
1) competencia comunicativa (el qué enseñar)
2) los métodos para desarrollarla (el cómo enseñar)
3) la manera y secuencia del material (el cuándo enseñar)
4) el sistema de evaluación.
Se propone como una alternativa al “enfoque comunicativo”; pues, en éste, (según Brumfit, 1981; Paulston ,1981) “la selección y organización y organización del material lingüístico en contenidos nocional-funcionales se realiza sin un teoría de adquisición del lenguaje que marque criterios de complejidad, dificultades de aprendizaje, etc.”
Además, el carácter lógico-deductivo no presta atención a la naturaleza psicológica de las situaciones de comunicación que pretende sintetizar. Los contenidos son estudiados “elemento a elemento”, separadamente a cada situación propuesta. (Wilkins 1972; 1976)
Los procesos de comunicación son muy diversos y complejos.
No es suficiente saber relacionar formas con significados lingüísticos sino referir los textos y expresiones lingüísticas que les sirven para entenderse, a un contexto de uso, que es particular a cada momento.
“Yo, todas las tardes doy un paseo por el parque”. Contenido nocional-funcional: expresión utilizada para dar información sobre costumbres y rutinas; pero ¿cuándo y con cuál finalidad uno se utiliza de tal expresión? Los procesos de comunicación son los que permiten a los interlocutores establecer una relación entre las expresiones y contenidos nocional-funcionales y la situación en que se encuentran, y dotarla de un significado relevante para esa situación. Canale y Swain (1980; 1983) reformulan el concepto de competencia comunicativa y lo desarrollan en cuatro dimensiones: 1. competencia lingüística, de carácter formal relacionada con el conocimiento sintáctico, léxico y fonológico de la lengua; 2. una competencia socio-lingüística, reguladora de la propiedad de las