Resumo
El trabajo en sí no es una maldición, tal como se interpreta en Gén. 3:17-19, sino que es una tarea creadora. Lamentablemente, después de la caída de Adán y Eva, el trabajo será en adelante con dolor. En el proceso del trabajar seis días , el descanso es un día de reposo, con el fin de reponer fuerzas y reservado para Dios. Él lo bendijo y lo santificó (Gén. 2:1-3). Dios mismo después de trabajar arduamente en el proceso de la Creación, descansó en el séptimo día. Dios nos ha dado a cada de nosotros esa capacidad creadora para obtener algún beneficio del mismo, de modo, que todos debemos tener esas oportunidad de generar el beneficio necesario para nuestro propio bien y el de nuestra familia. Nada cae del cielo, todo se logra en base de esfuerzo creativo. Esa capacidad creadora es al final de cuentas una gran bendición de nuestro Creador. Sin embargo, hay un día que es nuestra ofrenda a Dios y en ese día debemos alabarlo y rendirle culto. Lamentablemente este último aspecto ha sido obviado por el ser humano en los días de hoy.
Jesús entre sus muchas acciones, alaba al hombre laborioso y lamenta la desocupación (Mateo 20:1-16). Más adelante, el apóstol Pablo hace una exhortación de trabajar y no ser perezoso (Romanos 12:11). Por otro lado,