Una familia multicultural
Juan era un hombre español que vivía en una casa en Sevilla. Él era un director de un museo que gustaba de hablar con los turistas que pasaban y veían las magníficas obras de arte de su museo. En el verano, un día llegó a Sevilla un grupo de turistas extranjeros que fueron visitar el museo de Juan. Entre ellos estaba una mujer china muy guapa con pelo negro que miraba atentamente una obra de arte, la única en el museo pintada por Juan. Ahí, Juan decidió comenzar a hablar con la mujer que se llamaba Cho. Los dos hablaron en español porque Cho también había aprendido este idioma y los dos se quedaran muchísimo divertidos, por eso, decidieron se conocer mejor. Después se apasionaron y un año más tarde decidieron casarse.
Cho era una escritora de romances que adoraba arte y por eso ella y Juan tenían muchas cosas en común. No obstante, su relación tuve algunos problemas. Los dos tuvieron mucha dificultad en escoger el país donde vivir, pero más tarde decidieron que irían vivir en Pequín, la ciudad donde vivía Cho. Por eso, Juan tuve que vivir lejos de su familia e depender de su pareja durante el periodo de adaptación. Juan aprendió el mandarín y un mes más tarde acabó por conseguir un empleo en un museo de escultura en Pequín.
Juan y Cho tuvieron la posibilidad de conocer otra cultura y descubrir otro estilo de vida y otra visión del mundo. Ellos tuvieron tres hijos que fueron educados según la cultura china pero ellos eran bilingües pues también sabían hablar español.
Todos los veranos esta familia iba pasar las vacaciones en España y así los niños pudieron también conocer mejor el país natal de su