Traumatismo genitourinarios
El tracto genitourinario con excepción de los genitales externos en el hombre se encuentra bien protegido del traumatismo externo ya que como consecuencia de su situación anatómica está rodeado de otras vísceras y estructuras musculo esqueléticas. Por esta razón las lesiones se presentan con mayor frecuencia en el paciente politraumatizado, describiéndose hasta en un 10 a 15% de todos los casos de trauma abdominal. Evaluación diagnóstica y manejo inicial: Es importante diferenciar si se trata de un traumatismo aislado de la vía genitourinaria (raro) o asociado a un politraumatismo. La evaluación y manejo inicial en el paciente politraumatizado es común y ha sido descrita como el ABC del trauma. Estas prioridades están destinadas a identificar y tratar condiciones de riesgo vital:
A: control y mantención de la vía áerea y columna cervical
B: establecer una ventilación adecuada
C: acceso circulatorio para reemplazo de fluidos y control de la hemorragia
Tratada la situación de emergencia, es necesario obtener información detallada del traumatismo que permitan establecer su mecanismo, magnitud y potenciales órganos o sistemas comprometidos. El examen físico puede orientar acerca del área traumatizada.
El compromiso genitourinario hay que considerarlo en particular en:
- Pacientes con traumatismo en áreas topográficas relacionadas al tracto urinario o genital y especialmente cuando se producen fracturas costales bajas o de los huesos pelvianos
- La presencia de sangre en el meato urinario externo o uretrorragia.
- La aparición de hematuria macro o microscópica en cualquier paciente con traumatismo abdominal.
Algunos conceptos que es conveniente tener en cuenta en esta evaluación son:
- La magnitud del traumatismo no siempre se relaciona a la magnitud del daño. Por ejemplo, traumatismos mínimos pueden causar lesiones graves en riñones con condiciones patológicas preexistentes (hidronefrosis, tumores).
- La magnitud de la