Chirimoya
Normalmente es una fruta redondeada de forma acorazonada, de color verde claro con hoyos que se asemejan a huellas digitales o a las escamas de un reptil.
Su pulpa es cremosa, formando ligeros grumos de aspecto gelatinoso que alberga diversas semillas de color negro brillante que se desprenden con bastante facilidad.
Su sabor es dulce, parecido al de la fresa y la frambuesa, con un fino aroma a canela.
Los tamaños del fruto más comunes van desde los 70 a los 85 milímetros y más.
España es el primer productor mundial de chirimoyas, concentrándose casi toda la producción en la costa granadina entre Almuñecar y Motril pues en estos parajes se produce un micro-clima sub-tropical.
También se cultivan en Perú y Colombia.
La chirimoya (Annona cherimola Mill) tiene su origen en los valles interandinos de Perú y Ecuador, situados entre los 1 500 y 2 000 msnm. El centro de origen donde han recogido material genético diversos investigadores ha sido el Perú que ha efectuado hace muchos años trabajos de selección. En el Perú se encuentran cultivares muy promisorios para el desarrollo comercial de gran volumen que el mercado internacional requerirá en el futuro. En la actualidad se cultiva en América Central, Bolivia, Chile, España, EE.UU. (especialmente en el estado de California), Israel, México, Nueva Zelanda, Perú y Sudáfrica. Tanto Chile, Perú, Costa Rica, Guatemala, EE.UU., México y España han desarrollado el cultivo en la línea de producción comercial, en tanto que otros países como Israel o Sudáfrica se encuentran en etapa de desarrollo.
La chirimoya es un fruto de clima subtropical, semicaducifalia, cuyo crecimiento y fructificación natural son óptimos cuando la temperatura media anual está comprendida entre los 14’C y 24”C. El requerimiento en